Para un emprendedor el tiempo es de gran valor, por eso siempre busca soluciones prácticas que puedan ser rápidas, efectivas y con una buena relación calidad-precio.
Estos objetivos se pueden lograr con el uso de canales digitales; creando tu propio Embudo de Marketing para captar clientes potenciales que estén verdaderamente interesados en sus servicios o productos.
La estrategia, el sentido de la oportunidad y el momento exacto son los picos más altos del marketing. Todo lo demás son colinas (Al Ries)
El cliente, que al principio no conoce o sabe poco sobre el producto o la marca, completa un recorrido por etapas que lo lleva, al final, a la compra, transformándolo en un comprador, que se fideliza y que muchas veces se convierte en un embajador de la misma marca.
Marketing Funnel
Su representación visual es un embudo (el significado en español de la palabra «funnel» es, precisamente, «embudo»), que transmite bien la idea del proceso y de cómo conforme el embudo se va estrechando, la cantidad de posibles compradores va disminuyendo.
El embudo es un modelo en constante evolución. Últimamente tiende a evolucionar cada vez más a un modelo circular en el que la fase postventa resulta fundamental. De hecho, los clientes captados, es decir, aquellos que han recorrido el embudo por completo, están más predispuestos a repetir la compra. Así pues, planificar acciones de marketing específicas para este grupo es más rentable, porque estos usuarios ya han apreciado los productos vendidos a través del embudo.
El Funnel Marketing se desarrolla en fases, existen diferentes teorías sobre las cuales se basan, sin embargo un esquema muy utilizado prevé 4:
- Conocimiento de la marca
- Consideración
- Conversión
- Lealtad
La notoriedad de marca es la familiaridad que se tiene con una marca, para obtenerla puede ser necesario recurrir a publicidad, promociones, campañas. Su objetivo es quedarse en la cabeza del cliente potencial para que recuerde la marca cuando tenga que realizar una compra.
El objetivo de la fase de consideración es informar al cliente para aumentar la probabilidad de que considere la marca y sus productos al realizar una compra.
En la fase de conversión, el cliente se anima a comprar el producto porque está convencido de que la marca es la mejor solución entre las diversas ofertas que encuentra.
La última fase promueve la fidelización del cliente, quien, a través de una experiencia de compra simple y lineal y la adquisición de un producto o servicio de calidad, se siente satisfecho y se vincula emocionalmente con la marca.
Implementación en retail
Para atraer a las personas adecuadas, primero es necesario definir el canal donde ponerse en contacto con ellos. Las herramientas disponibles en la web son muchas y van desde la publicidad de Facebook hasta el tráfico orgánico de SEO, pasando por Google Adwords y el marketing por correo electrónico. Una focalización precisa es, nunca como en este caso, fundamental. En la segunda fase, es importante construir un sitio web o una página de destino donde llevar al cliente, que sea clara, precisa e inmediata.
Presentar una promoción, un descuento, una prueba gratuita u otro “lead magnet”, es decir, un elemento capaz de atraer la atención del cliente, puede ser la idea adecuada para animar al consumidor a comprar en la fase en la que todavía se está planteando si completarlo o no. De esta forma, además, se podría prever la posibilidad de obtener sus datos, útiles para contactarlo posteriormente.
El Funnel es una herramienta poderosa, si se usa con criterio, experiencia, tiempo y las habilidades adecuadas; se necesitan estos ingredientes para hacerlo, simple pero efectivo.